sábado, 2 de junio de 2018

Días fresquitos!!!


   Esta última semana nos mantuvo un tanto desconcertados. Lluvia... humedad y frío. Hemos vivido en continuos cambios de temperatura y en un verdadero desfile de ropa. Pero esta mañana.... el otoño definió su postura y la ropa de abrigo salió de las cajas donde dormía. 
   Un Sol tímido asomó sus rayos para acompañarnos, camperas y pañoletas de por medio, en la primera parte de este sábado.


   Lamentablemente... ahora... a la tarde no puedo decir lo mismo. Mientras escribo esta nueva entrada de "Para la pausa", puedo ver un cielo gris entremezclado con "charquitos" de color celeste.  Gordos nubarrones oscuros anuncian horas de frío. Es tiempo de preparar leña para el hogar o encender estufas.
   El otoño se presenta melancólico pero a la vez refleja un cierto romanticismo. Dijera algún poeta: -"Otoño... árboles encendidos".


   Esto me llevó a pensar en un bonito artículo que leí, en su momento, sobre este tema. Vale la pena que se tomen unos minutos para leer algunos párrafos. ¡Romanticismo puro!!!  

   "Estamos transitando el otoño. Entró sigilosamente el pasado mes de marzo y se instaló en nuestras vidas... y particularmente en nuestro corazón.
   Es que, al menos para mí, el otoño es la estación más bonita del año en Concordia. Por lo general al arribar el otoño quedó atrás el tórrido verano que, si bien es cierto, nos proporciona cosas y vivencias hermosas, no consigue opacar la melancolía, , la nostalgia, ese <no sé qué> tan espléndido que tienen las caídas de las hojas, las mañanitas frescas, los atardeceres tranquilos que bañan al otoño y que lo convierten, junto a otros detalles muy suyos, en una estación del año merecidamente destacable y encantadora.
   Languideció el verano y dio, muy cortés, paso al amarillento y delicado otoño. Es el inevitable juego de los años y de la vida misma.
[...]
   Mucho, muchísimo se ha escrito y, sin dudas, se seguirá escribiendo acerca del amor. ¡Qué belleza todo! ¡Qué admirable la pluma de los escritores! Entre ellos, lo confieso,  hay uno que concita mi admiración de un modo especial y que hiere mis fibras íntimas de un modo verdaderamente inefable.  No es otro que el estupendo Leopoldo Lugones.
   Y así entonces, relaciono el otoño con el amor y me permito dejarles de Lugones estos simples pero profundos versos que nos dicen:
<Al promediar la tarde
de aquel día,
cuando iba mi habitual
adiós a darte,
fue una vaga
congoja de dejarte
lo que me hizo
sentir que te quería.>
   ¡Cuánta ternura y cosa linda! Algo finísimo ¿verdad?"
(Fragmento de EL OTOÑO... Y EL AMOR por María Rosario Echeverría - EL HERALDO DE CONCORDIA - 18-04-2017)

   Sin dudas... el amor no es solamente sinónimo de primavera. También todo se vuelve romántico e inspira a los escritores el travieso otoño. ¿Serán esos colores tan típicos y energéticos de esta estación?
   Pensando en los días otoñales... ¡ya casi invernales que se están presentando!... se me ocurrió preparar algo dulce y sabroso para acompañar con un café o copita de licor después de la cena.  Sentados junto a un hogar... escuchando el chisporroteo que dejan escapar unos encendidos leños... todo invita a ponerse el delantal de cocina y dejarles a ustedes una buena receta.

BUDINCITOS FRUTALES
Ingredientes:
Harina leudante 100 g 
Azúcar 100 g
Huevos 3
Esencia de vainilla 1 cucharita
Manzana y pera chiquitas 1 de cada una

Preparación:
Lavar la manzana y pera, pelarlas y cortarlas en pequeños dados. Rociar con una gotas de limón y reservar.

En un recipiente colocar los huevos, el azúcar y la esencia. Batir hasta lograr el punto letra.

Agregar con movimientos envolventes la harina y las frutas. Mezclar bien hasta obtener una preparación homogénea.
Volcar la mezcla en  moldecitos de  budín individuales. En mi caso usé 6 moldes individuales y uno de 23 por 9 cm. Previamente se habrán enmantecado y enharinado.













Hornear a temperatura de moderada a baja durante 40 minutos. En mi caso a los 30 minutos retiré los individuales y dejé el molde grande 10  a 15 minutos más.
















Desmoldar y dejar enfriar sobre una rejilla. 









Finalmente decoré los budincitos individuales con un glasé (azúcar impalpable y jugo de limón)...


... y el más grande quedó espolvoreado con azúcar impalpable.























Para que todos puedan probar estos budincitos existen las opciones:

CELÍACOS: Reemplazar la harina leudante por 100 g de premezcla para repostería sin agregado de leudante, El azúcar, esencia de vainilla y azúcar impalpable deben ser aptos.

DIABÉTICOS: Reemplazar el azúcar por 40 g de edulcorante apto para cocinar. Evitar el glaseado o espolvoreado. Pueden untar la superficie con dulce de leche apto y espolvorear con coco rallado.

   El otoño nos recuerda que ha llegado para instalarse, aunque se olvida que dentro de pocos días una nueva estación llegará para reemplazarlo.
   Las mañanitas frías ya están anunciando dicho cambio, mientras tanto disfrutemos de un rico chocolate caliente para acompañar a estos increíbles budincitos... escuchar buena música interpretada por el talento de Matías Carretero y recorrer la CARTELERA DE OTOÑO.




   Amigos....... el otoño, como esta entrada, está llegando a su fin. Está en nosotros descubrir de qué manera influyó en nosotros y las decisiones que vamos a tomar.


   Vivir cada instante.... que el frío no sea motivo de truncar los planes que teníamos en mente. Cada instante que desaprovechamos....... es un pedacito de nosotros que se pierde y no recuperamos.
   Disfruten junto a sus seres queridos y amigos..... celebren cada encuentro y sean felices!!!    Permítanse vivir!!!


   Con frío...... con lluvia.... pero con la alegría de siempre y una gran ansiedad los estaré esperando la próxima semana!!!
Silvia



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