miércoles, 18 de octubre de 2017

Tarde atípica

   Tarde muy atípica la de este miércoles. Por momentos el cielo se cubre de nubes y por momentos deja ver sus franjas celestes. La temperatura juega con nuestra paciencia en un abrir y cerrar de ventanas. Está ideal para descansar con la compañía de un buen libro.
   Mientras recorro los estantes de mi biblioteca buscando algún título, de esos que tocan el alma, viene a mi mente una imagen que quedó dando vueltas en mi cabeza desde la mañana.
   Hoy visité a Carolina, la hija mayor de mi amiga María, a quienes ustedes ya conocen porque es quien se dedica a la globología y presentó un plato sabroso en entradas anteriores (06-10-2017). Se preguntarán qué tiene de particular. Vaya si lo tiene!! ¡Su patio está todo cubierto de flores de paraísos! Juego de aromas y colores en una mañana primaveral cargada de recuerdos.
   Sin dudas los paraísos recuerdan la infancia de muchas personas. Tal vez muchos de los lectores guarden en su memoria alguna historia gestada en torno a los paraísos. Imaginarán que el libro ya fue seleccionado.
   El anuncio de una pronta tormenta invita a la lectura y si esa lectura viene cargada de sentimientos... nostalgia... recuerdos... ¡mucho mejor!
   Después de leer este cuento no puedo de dejar de regalarles unos párrafos para que los disfruten y viajen con la imaginación:
   "En el patio de tierra de  mi casa había dos grandes paraísos.
   De chico nunca me pregunté si ellos también habrían nacido, crecido, o sido trasplantados.
   [...]
    Fue en ellos donde aprendimos que la primavera florece.
   Para septiembre el perfume de los paraísos llenaba los patios y el viento del este metía su aroma hasta dentro del rancho. No perfumaban tan fuerte como los naranjos, pero su perfume era más parejo. Parecía como que abarcara más ancho. A veces, un golpe de aire nos traía su aroma hasta más allá de los corrales.
   [...]
   ¡Cuántas cosas nos enseñaron los dos viejos paraísos, nada más que con callarse!
   [...]
   Hoy aquel patio familiar existe sólo en mi recuerdo. Los dos paraísos han dejado en pie dos grandes huecos de luz. Buscando sus copas mis ojos miran para arriba y se encuentran con el cielo".
   [...]
(Fragmento de Los dos paraísos en LA SAL DE LA TIERRA - Mamerto Menapace - editora patria grande)
   Este tipo de lectura resulta un bálsamo para el alma pero, debo reconocer que GRACIAS a mi amiga Josefina y su regalo... hoy tengo este libro.

   El anuncio de la lluvia resulta una invitación a preparar algo rico para compartir. ¡Preparando lápiz y papel que llega una buena receta para los días lluviosos!!!

ROSQUITAS FRITAS
Ingredientes:
Huevo 1
Azúcar 5 cucharadas
Leche 5 cucharadas
Ralladura de 1/2 limón
Canela en polvo 1/2 cucharadita (optativo)
Levadura en polvo (tipo Royal) 1/2 sobre (8 g)
Harina 0000 250 g y 50 g para el amasado.
Aceite para freir
Azúcar para espolvorear (optativo azúcar con canela)

Preparación:
En un bol batir el huevo con el azúcar hasta quedar espumoso.
Agregar la leche, el aceite y la ralladura. Luego mezclar.
Incorporar, si se usa canela, la levadura y la harina. Quedará una mezcla pegajosa. Tapar con film y reposar durante 15 minutos.
Formar un bollo con la mezcla. Si notan que quedó muy pegajosa agregar harina hasta que quede suave al tacto.
Colocar aceite en una sartén y calentar. NO debe hervir.
Untar las manos con un poco de aceite y tomar trozos de masa, rodar entre las manos y formar cilindros. Unir los extremos formando la rosca y poner en el aceite caliente. Se hundirán y luego comenzarán a flotar. Dar vuelta con la espumadera para que se doren de ambos lados. Cuando están bien doradas se sacan y colocar sobre papel absorbente.Rebozar con azúcar (según el gusto de cada uno se puede agregar canela en polvo).
Consejito: Controlar continuamente la temperatura del aceite para que las rosquitas no se quemen por fuera y queden crudas por dentro.

   Finalizadas las rosquitas fritas comienzan a caer los primeros gotones de lluvia. El fuerte soplido del viento se confunde con el vapor que deja escapar la pava. Imposible resistirse a la tentación de este plato. Presento el producto terminado para que ustedes lo preparen en una próxima tarde de lluvia.



   Lectura placentera... un té .... momento feliz!!!


   Dicen por allí que ¡por algo las cosas pasan! Desde una visita... un patio cubierto de flores... árboles con sabor a recuerdos... "cosas simples" que regala la vida y cómo llenan el alma. A veces lo curan y otras, simplemente, lo reconfortan.

   Amigos........ esta entrada, con sabor a nostalgia, va llegando a su fin. La noche nos encontró en plena charla...... de esas que comparten los amigos. Pensemos que la tormenta que se formó esta tarde ...... ya se va alejando para dar paso a la calma y que, las únicas tormentas que no pasan son las del alma.  Por eso....... ¡no desaprovechen la oportunidad que nos regala cada amanecer....... ser felices!!!
   ¿Nos encontramos el día viernes? ¡Prometido!!!!
Silvia


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