Martes por la mañana... día más que templado, visito a mi amiga Romina. Después de despedirnos con un fuerte abrazo y con la promesa de reencontrarnos en unos días por la llegada de su hija Ámbar, comienzo a escribir la nueva entrada de mi blog.
Mientras busco un libro que ayude en mi trabajo, no puedo dejar de pensar cómo la vida nos coloca frente a situaciones que nos movilizan y nos cambian su ritmo. El cumpleaños de mi sobrina Sofi.... el pronto nacimiento de Ámbar.... el primer añito de Sol.... otra vez me veo envuelta en el mágico mundo infantil. Cuando estaba convencida que mi vida estaba rodeada de adultos.... aparecen ellos con su inconfundible magia llenando nuestro mundo de tanto candor e inocencia.
Y sí!!! Aquí estoy pensando y escribiendo para ellos. Los "peques" como les decimos cariñosamente.
Un cuento que se las trae y muy actual por su temática es el que dará origen a la receta que espero disfruten mucho. Pero, como de costumbre, antes les regalo el primer capítulo para que les puedan leer a las princesitas de la familia antes de ir a dormir.... ¿y por qué no a los principitos? Ellos pueden dar su opinión:
"-¡Palacio! ¡A ver, los que bajan en esta parada! -gritó el conductor.
<¡Qué absurdo!>, pensó la princesa Sofi. <Si yo soy la única que viaja en la carroza escolar>.
Igual de ridículo que el recreo, al que casi no le daban ganas de salir. ¿Para qué? ¿Para jugar sola a la mancha? ¿Para convidarse las miguitas de su alfajor? Si, a veces, ni al baño iba Sofi, en sus aburridas mañanas de la escuela. Un baño precioso, de inodoro con coronita, limpio como la nieve, pero absolutamente solitario.
-¡Su casa, princesa! -insistió el señor de la carroza.
Sofi bajó despacio, pensativa, y empezó a caminar por la veredita de la muralla que separaba su palacio del castillo del reino vecino.
Una fila de guardias marchaba al costado, como hormigas cuidando una hojita verde y fresca (ella era la hojita en este caso, claro), cuando, al llegar a la torre del fondo, Sofi tiró al piso la mochila y subió a las zancadas hasta arriba. Los guardias desesperaron cuando la vieron trepada al banderín de los dragones verdes:
-¡Margaritaaaaa! ¡Margaritaaaaa! ¿Querés venir a jugar a casa a la tardeee? -gritó a voz en cuello para patatús de los soldados.
En dos minutos, y antes de que la princesa Margarita -desde el reino de al lado- pudiera contestar, sus diez niñeras la tiraron de los brazos hasta sacarla de la ventana.
En esos mismos dos minutos, en el reino del de al lado, los guardias bajaron a Sofi y se la llevaron pataleando hasta dejarla a los mismísimos pies del trono.
Pero, ¿de quién eran los pies del trono? ¿Eran los pies de taquito de rubí de su mamá, que nunca la retaba? ¿O eran las chancletas doradas del rey? Sofi recordaba temerosa que, en ocasión de su última travesura, la habían mandado de castigo a lavarles los dientes podridos a los viejos cocodrilos del foso... ¿De quién serían ese día los mismísimos pies del trono?"
(Capítulo 1 ¿Tacos o chancletas? - El té de la princesa - Cecilia Pisos - sm)
Después de haber compartido este capítulo y dado que Sofi es muy golosa, imaginemos que estamos en la cocina del palacio y ayudamos a preparar unos ricos alfajores de chocolate para la hora del té. Ideal para pedirle a nuestros niños que nos acompañen en esta tarea. ¡Manos a la masa!!
ALFAJORES REALES
Ingredientes:
Azúcar 75 g
Manteca 100 g
Ralladura de naranja a gusto
Esencia de vainilla 1 cucharadita
Huevo 1
Harina 0000 165 g
Polvo de hornear 1 cucharadita
Fécula de maíz (Maizena) 45 g
Cacao amargo 40 g
Bicarbonato de sodio 1/2 cucharadita
Glasé real para cubrir los alfajores.
Preparación:
En un recipiente colocar la manteca a temperatura ambiente y el azúcar. Batir hasta obtener una crema.
Agregar la ralladura de naranja, la esencia de vainilla y el huevo. Mezclar bien.
En un cernidor colocar los ingredientes secos e integrar a la mezcla anterior, de a poco removiendo hasta formar una masa.
Retirar y colocar sobre la mesa espolvoreada con fécula de maíz. Romper la masa y volver a unir.
Estirar del grosor deseado y usar con cortante de forma redonda.
Colocar las tapas sobre una placa enmantecada y enharinada. Hornear a fuego moderado de 8 a 10 minutos (según la temperatura del horno).
Preparar el glasé real con una clara de huevo, azúcar impalpable (200g aproximadamente) y una gotas de limón. Mezclar muy bien hasta obtener una pasta homogénea y sumergir los alfajores en el glasé. Dejar escurrir hasta que se sequen.
Una vez seco el glasé real, pueden decorarse con hilos de chocolate negro cobertura.
Personalmente me gusta preparar alfajores en tamaño pequeño y guardarlos para la hora del café o para regalar en bolsitas de cartulina. ¡Todo bien caserito y artesanal!!!
Ahora sí!!... la princesa Sofi puede tomar el té con su amiga la princesa Margarita.
Armar en casa estas bolsitas con cartulina fantasía... un trozo de cinta y algo sabroso puede convertirse en un sorpresivo regalo para los niños de nuestra familia o de amigos.
Miércoles por la mañana. Ventanas abiertas que permiten la entrada de la música que recorre el barrio... un cielo celeste con manchas blancas dejan ver un sol brillante... perfumes primaverales invaden mi casa. Releo el trabajo y no puedo dejar de pensar en los "peques" y decir que leerles un buen cuento mientras esperan que el sueño los transporte a un mundo mágico... amasar algo dulce para la merienda... una lluvia de palabras gratificantes pero fundamentalmente una buena actitud ayudan al sano crecimiento de nuestros niños y les garantiza vivir con verdadera felicidad.
Amigos....... dedicar esta entrada a la infancia es la tarea más gratificante que pude haber realizado. Por momentos me recordó cuando le leía cuentos a mi hija antes de ir a dormir. Ese contacto tan pleno que convierte, a ese instante en único e imperdible.
Si al lector del blog le recordó algún momento de su propia infancia......... la misión de hoy estará cumplida. ¡Doble regocijo para mi alma!!!
¡Los espero en Viernes.... ¡CAFÉ!!!!
Silvia
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