lunes, 4 de septiembre de 2017

Aromas

   El fin de semana se presentó muy contradictorio. Cuando pensábamos que la primavera se había instalado en nuestras vidas y nos invitaba a renovarnos, algo pasó en el camino y lo transformó todo. Una suave brisa se llevó nuestros sueños y el domingo nos trajo a la realidad del invierno que estamos transitando.
   Cielo gris. Lluvia. Calorcito de hogar. De pronto, unos pícaros rayos comenzaron a iluminar el jardín de mi casa invitándome a salir y disfrutar de ese paréntesis que el cielo nos estaba regalando.
   Evitando los charquitos que se habían formado no pude resistirme ante el aroma del jazmín chino o jazmín de China o jazmín de invierno como muchas personas lo llaman. Acomodé algunas de sus ramas y saqué una foto para guardar hasta el próximo año esa bella imagen. ¿Sabían que tanta belleza y aroma duran tan sólo algo más de veinte días? Les presto mi planta para que miren fijo, luego cierren los ojos... sientan el perfume y descansen la mente. ¡Que sus vidas se vean envueltas con aires de renovación!


   Mi gran idilio con los jazmines se vio interrumpido por nuevas gotas de lluvia. En ese momento entendí que el Sol estaba jugando a las escondidas y no quedaba otra solución que buscar refugio en el interior de la casa.
   Resignada a pasar un domingo "bajo techo" comencé a ordenar mi lugar de trabajo mientras sentía, aún, el perfume de los jazmines. De pronto vino a mi mente la figura de Rosalyn, personaje de una novela estremecedora que amaba los jardines. Busqué el libro y me propuse releerlo en los momentos libres de este día invernal. 
   Afuera el viento soplaba... adentro yo leía con gran interés pero fue en la página 91 donde apareció la gran tentación. Allí detuve la lectura y se imaginan qué fui a hacer. ¿Les doy una pista?
   [...]
   "Decidimos tomar algo en una cabaña de madera con mesas que no eran más que troncos tallados. Pedí chocolate y una copa de ron. Catalina, un agua mineral.
   -Te aconsejo las galletas de rana -me dijo.
   -¿Rana?
  -Pues, sí. De rana. Pero no te preocupes, no son de ranas. Es un nombre de fantasía, chico.
   Y su risa se expandió en el aire, era una caricia. Si casi me hacía creer que todo estaba genial.
   La camarera, una señora de piel negra, con el mismo humor desganado del resto, nos trajo las galletas. Y eran deliciosas, crocantes; con almendra y granos de chocolate. sabían a vainilla, a masa casera. Entonces alguien rompió el hechizo. Lo sentí, primero en la súbita tensión de los hombros de Catalina. Me di vuelta. Caminaba hacia nosotros el señor Bunker, con un gesto severo.
   -¿Qué hacen aquí? -dijo.
   Le había dirigido una mirada asesina a Catalina.
   [...]
(Fragmento del capítulo 15 de La isla de las mil vidas - Franco Vaccarini - Cántaro)

   Mientras ustedes leían mi pista, yo estaba en la cocina con "las manos en la masa" preparando esas crocantes galletas. Les aseguro que es una buena y nutritiva idea para la alimentación de los chicos.

GALLETAS DE CHOCOLATE Y AVELLANA.
Ingredientes:
Manteca 125 g
Azúcar moreno 100 g
Azúcar blanco 100 g
Esencia de vainilla 1 cucharadita
Huevo 1
Harina leudante 250 g
Bicarbonato de sodio 1/2 cucharadita
Sal 1/4 cucharadita
Chocolate picado grueso 100g
Avellanas picadas gruesas a gusto.

Preparación:
En un bol colocar la manteca blanda y los azúcares. Batir enérgicamente hasta obtener una crema homogénea.
Incorporar la esencia de vainilla, el huevo y mezclar bien.
Tamizar juntamente la harina, bicarbonato de sodio y sal. Luego agregar de a cucharadas mientras se mezcla. 
Volcar la masa sobre la mesa enharinada, estirar un poco y espolvorear toda la superficie con el chocolate y las avellanas (reservar algunos trozos de ambos para decorar).


Mezclar todo tratando de amasar lo menos posible. Dividir el bollo en dos partes y dar forma de rollo a cada una. Envolverlas en un film y ajustar las puntas.


Colocar los rollos en una bandeja y dejar reposar en la heladera durante 1 a 2 horas.


Pasado el tiempo de reposo retirar el film y cortar discos de 1 cm de grosor. Con la yema del dedo achatar cada disco  y decorar con los trozos de chocolate y avellanas reservados. Sobre placas forradas con papel manteca colocar las piezas. Llevar las bandejas a la heladera por espacio de 30 minutos.


Retirar las bandejas de la heladera y llevar al horno y cocinar a 170º durante 10 minutos (depende de cada horno). 
Cuando están listas se dejan reposar en las bandejas durante 15 minutos luego pasar a una rejilla y dejar enfriar totalmente.
Consejitos:
* Los trozos de chocolate pueden reemplazarse por chispas y las avellanas por nueces o pasas de uva. 
* Del grosor que se corten los discos dependerá el tamaño de las galletas. Tratar que queden chatas porque al aumentar de tamaño y cocinarse quedan más crocantes en la superficie y base pero húmedas en el interior.
* Se pueden cortar los discos, colocar en un recipiente y guardar en el freezer durante 30 días. Para cocinar, retirar y dejar a temperatura ambiente durante 20 minutos. Luego hornear como indica la receta.
* Para que se mantengan crocantes guardarlas en un recipiente hermético.

   ¡Qué placer iniciar la semana desayunando con la agradable compañía de las galletas de chocolate y avellana de la novela mientras termino de leerla! 





   ¡Mis grandes placeres en esta vida...la lectura y la cocina! Una conjugación de aromas y sabores donde la fantasía y la realidad se confunden dando felicidad a mi vida.


   A veces no nos damos cuenta que cada pequeña actitud... cada actividad... cada lágrima derramada son las hojas que escribimos de nuestra historia y que quedarán por siempre encerradas en ese gran libro que es la vida.

   Amigos........ cada pausa....... cada mate que saborean........ cada sonrisa que dejan escapar al leer mi blog están contribuyendo en la escritura de un nuevo capítulo de mi vida pero lo más importante...... también de sus vidas. 
   ¡Los estaré esperando para seguir juntos en esta gran aventura de seguir creciendo!!!
Silvia

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