miércoles, 30 de agosto de 2017

Costumbres de familia.

   Siempre la ventana. Tal vez, porque desde allí somos testigos de una diaria realidad o de un pasado cargado de recuerdos que dejan escapar una sonrisa.
   La tarde se presenta tan ventosa que escenas de la vida familiar vienen solas a mi mente. No hace falta buscarlas. ¿Será el viento con su fuerza que las trae? Cosa curiosa...¡en estos casos desembocamos en la infancia! Esas tardes cargadas de nubarrones... un vendaval que llevaba de paseo por el jardín las macetas de mi mamá y el anuncio de una copiosa lluvia no nos dejaba jugar bajo el parral. Entonces, con mi hermana, armábamos nuestra casita debajo de la mesa en la cocina.  Allí iniciábamos nuestras aventuras imaginarias. Un largo mantel nos separaba del mundo real y solamente el aroma que salía del horno hacía que asomáramos la cabeza y nuestros ojitos brillaran tratando de adivinar qué había cocinado nuestra mamá para la merienda. ¿Cuántos de ustedes vivieron situaciones similares? ¿Quién no lee algún texto y termina asociando con su infancia? ¿Será porque nuestra propia historia no está escrita en ningún libro y, entonces, la traemos a nuestra mente para revivirla en el afán de no olvidarla?
   Escribo... miro... pienso en aquella época en la cual los chicos teníamos el espacio suficiente para correr y divertirnos. Las tortitas de barro decoradas con flores multicolores se lucían en la improvisada confitería en el borde de la calle. Saltar y bailar bajo la lluvia hasta caer rendidos al suelo o correr en pleno verano detrás de las veloces mariposas. No puedo quejarme...¡mi infancia fue fantástica!! Pero no sólo la mía. Una vez leí en un libro cómo el autor Rodolfo Otero describía su infancia:
   [...] "Era un tiempo de libertad absoluta para mis hermanos y yo, chicos de ciudad que por fin teníamos terreno para correr, jugar y disfrutar al aire libre "[...] Entonces recordé que en ese libro se describía una escena muy parecida a la que, habitualmente, se daba en mi casa. ¡Esos olores y sabores domingueros!!
Sin darme cuenta la noche llegó a mi ventana recordándome que era el momento ideal para disfrutar de la buena lectura. Dejé el teclado... busqué ese libro y me dispuse a emprender un viaje en el tiempo. Afuera el viento sigue soplando... adentro, la calidez de mi rincón me transporta al año 1876 reviviendo escenas de una novela fascinante.
   Con el inicio del nuevo día y la bendición de un Sol que todo lo ilumina, nace el compromiso de continuar este trabajo. En el párrafo anterior les hablaba de "olores y sabores domingueros" que sí encontré en el capítulo 4 de la novela:
   [...]
   "La señora estaba muy contenta de  recibir visitas. Nos contó que veía poco a sus hijos, todos grandes y radicados en Buenos Aires, y  dijo que la presencia de Teresa y nosotros los chicos le alegraría el día. Menos mal que nos acaba de conocer, pensé echando un ojo a Luisito. Pero no había por qué alarmarse: no tenía mucho para romper y además pasaba por una fase tranquila.
   Cuando estuvo el asado, cumplí como bueno. Comí de todo: costillas, achuras, cuadril, lo que mandaran. No me quedó ni un lugarcito para el postre, y lo lamenté, porque era arroz con leche y mucha canela. Pero no daba más.
   Martín se sentó cerca nuestro; no tuvimos oportunidad de charlar con él porque casi todo el almuerzo estuvimos pendientes de la conversación de los mayores". [...]
   (Fragmento de Milla Loncó - Rodolfo Otero - Estrada)

   Si se preguntan por qué elegí esos párrafos, la respuesta es sencilla. Mi devoción por el arroz con leche con canela es una huella de mi niñez. Pero... ¿quién no comió un tazón de arroz con leche tibia cuando era niño? Esas tardes de invierno al regresar de la escuela antes de hacer la tarea o salir a jugar. Cierro mis ojos y siento los perfumes en la cocina a la hora de prepararlo. Mientras disfrutan de los recuerdos de su propia niñez con los mismos perfumes que visitarán sus cocinas y la mía ... yo comienzo con la preparación.

ARROZ CON LECHE (para microondas)
Ingredientes:  (para 2 porciones abundantes)
Leche 500 cc
Arroz grano corto 90 g
Azúcar 50 g
Esencia de vainilla 1 cucharadita
Cáscara de naranja y limón a gusto
Canela 1/2 rama
Varios: Dulce de leche - crema batida - chocolate rallado - canela en polvo.

Preparación:
Lavar el arroz y dejar escurrir en un colador para que pierda la mayor cantidad de almidón.
Colocar en un bol el arroz escurrido y agregar 10 cucharadas de leche. Dejar en remojo unos 10 minutos.
Calentar en un recipiente apto para microonda el resto de la leche durante 5 minutos al 100%  o que alcance el hervor.
Incorporar el arroz con la leche del remojo, las cáscaras y la rama de canela.


Cubrir con film al que se le practicarán 2 o 3 perforaciones para permitir la salida del vapor. Cocinar 5 minutos al 100% o hasta conseguir el hervor. IMPORTANTE: remover la preparación cada 2 minutos para que no se formen grumos.


Al retirar del horno y abrir el film, tener la precaución de hacerlo en sentido contrario a nuestra cara para evitar que el vapor nos lastime. 


Agregar el azúcar, la esencia de vainilla, tapar nuevamente con el film y continuar la cocción durante 12 minutos al 50 %. Controlar cada 4 minutos y,cada vez que se retira, comprobar que el arroz no se pase del punto justo o deseado.
Retirar del horno y dejar reposar tapado durante 5 minutos.
Sacar el film y dejar enfriar a temperatura ambiente antes de llevar a la heladera. Depende del gusto de cada uno se servirá caliente, tibio o frío como postre.


Con una buena presentación con copete de dulce de leche, espolvoreado con chocolate y adornado con canela y cascarita de naranja puede presentarse como un rico postre.


Consejitos:
* Es importante recordar que, cuando retiren una preparación del microonda ésta continuará en cocción durante 5 minutos. Por eso deben controlar muy bien y dejar reposar.
* Nunca usen un recipiente pequeño si la preparación es abundante. Mientras se cocina aumenta su volumen y puede derramarse.
* Como la cocción depende de la potencia del microonda, al no ser la misma en todos los aparatos, se debe controlar continuamente.
* Esta preparación es muy noble pues permite ser acompañada por distintos dulces, salsas y frutos secos. Acá juega la creatividad de cada uno.

   Imaginarán que mientras termino de escribir estoy disfrutando de los sabores y perfumes de esta copa que aparece en la foto. Es muy rápida su preparación y cocción. Cada bocado es un viaje a mi pasado... visitar una parte de mi historia... por eso siempre digo: -¡Cuántos sentimientos y emociones se encierran en la cocina! 


   A veces no nos damos cuenta de la riqueza que poseemos al tener la capacidad de recordar hechos de nuestro pasado por sentir el aroma de una flor... la letra de una vieja canción... o simplemente escuchar una palabra. Tener "memoria" nos dignifica. Es saber que hay una identidad y por lo tanto un respeto por nosotros mismos y por lo vivido.

   Amigos... si a través de mi trabajo pudieron desempolvar la memoria del tiempo vivido y afloraron sentimientos que creyeron estaban dormidos... les aseguro que llenaron mi vida de felicidad. Porque ese es el objetivo... regalarles en cada entrada un poquito de alegría para el alma de cada uno de ustedes.
   ¡Hasta el próximo encuentro!
Silvia






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