La tarde se
presentaba fría y ventosa. Rodeada de sobrinos varones que no podían salir a
jugar al patio, intentaban entretenerse. Juego de cartas…Carrera de
Mente…discusiones….me llevaron a buscar una solución pacífica. Claro, en pleno
receso escolar, un libro de cuentos no era una gran idea.
Buscando
entre los que tenía sobre mi mesa de trabajo apareció el ideal. Bastó leerles
este párrafo para que la curiosidad los atrapara:
“…..Terminaron
nuestras vacaciones: nos despedimos del mar, de los lobos, de las comidas
ricas, de los bares encantadores, de la arena. Nos llevamos de vuelta un
caracol gigante, alfajores, arena en los zapatos. Y yo particularmente, una
frase del inspector Diezdedos: -Usted, Armando, nos acompañará cuando esta
historia concluya. Se lo garanto yo, el inspector Diezdedos, porque este caso
venía más difícil que remar en la arena y usted ….” (El juego
doble – Franco Vaccarini-edebé)
Por
supuesto, mientras peleaban por ver quién se quedaba con el libro para
descubrir la historia, uno de ellos reparó en la palabra ALFAJOR. Fue así que
hicimos un pacto. ¿Cuál? ¡Fácil de adivinar!
Ellos a
leer y la tía a amasar. Si alguien se siente tentado, les dejo la receta:
ALFAJORES
DE MAIZENA.
Ingredientes:
Manteca 100
gr
Azúcar impalpable
75 gr
Yemas de
huevo 2
Coñac 1
cucharadas
Esencia de
vainilla 1 cucharadita
Ralladura
de limón 1 cucharada
Harina
leudante 100 gr
Fécula de
maíz (Maizena) 150 gr
Bicarbonato
de sodio ¼ cucharadita.
Dulce de
leche repostero y coco rallado cantidad necesaria.
Preparación:
En un
recipiente batir la manteca blanda con el azúcar. Cuando se logre una crema,
añadir las yemas de a una mientras se continúa batiendo. Incorporar el coñac,
la esencia, ralladura de limón y los ingredientes secos pasados por cernidor.
Mezclar suavemente para integrar todos los elementos hasta formar la masa y
hacer un bollo. Aplastar y dar forma rectangular. Envolver en film y guardar en
la heladera durante 15 minutos.
Retirar de
la heladera, estirar la masa espolvoreando con fécula y cortar discos con un
cortapastas del diámetro deseado.
Colocar en
placa enmantecada y enharinada dejando una separación entre uno y otro.
Hornear
durante 10 a
12 minutos a 180°. Es importante que sólo se dore la base (depende del horno
será el tiempo de cocción).
Retirar del
horno y enfriar las tapitas sobre una rejilla.
Finalmente formar
los alfajores uniendo dos tapitas con dulce de leche y hacerlos rodar por coco
rallado. Repetir con todas las tapitas hasta terminar.
Terminada
la lectura… finalizado el plato dulce ….¡A merendar!!!!
El invierno
tiene ese encanto. Esas tardecitas frías con narices coloradas….viento que no
sólo trae hojas secas…también recuerdos de nuestra propia niñez. Olores y
sabores inolvidables a repostería casera. Si a ustedes les pasó lo mismo…la
tarea de hoy estará cumplida!!!
Saber que la pausa de hoy los llevó en un viaje imaginario a la infancia de cada uno...llena mi alma...mi alma de niña...mi alma de mujer...mi alma en esta plenitud de la vida.
Amigos...¡Continuaremos leyéndonos en la próxima entrada!
Silvia
Los sobrinos varones te adoran. Me encanta que te hayan inspirado
ResponderEliminar