Los días
continuaban haciendo honor al invierno. La mañana con llovizna invitaba a caminar
y pisar hojas secas… sentir el perfume de la madera mojada de los añosos
árboles…. el lugar se había convertido en una tentación para sacar fotos y continuar caminando. La hora del
almuerzo fue un paréntesis obligado a mi fantasía.
La tarde se
convirtió en el camino directo para zambullirme en los estantes de mi
biblioteca. Según los estados de ánimo… de las condiciones climáticas… de… de…. es
el libro que elijo. Fue así que me detuve en uno que llegó a mi corazón:
“Chocolate caliente para el Alma que no se rinde” (Jack Canfield – Mark Victor
Hansen – Heather Mcnamara – Editorial Atlántida). De esa recopilación elegí el
cuento “Una taza de humildad” (Linda LaRocque)
Mientras
avanzaba en la lectura, mi curiosidad por descubrir el significado del título
aumentaba hasta que llegué a este párrafo…
“….Tim
había conseguido un empleo de media jornada, al que asistía después de clase y
durante los fines de semana, pero esa tarde, según lo programado en su trabajo,
no tenía que ir. Sabía que Tim llegaría a casa antes que yo y que,
probablemente, cuando su madre llegara, él ya estaría preparando la cena. A mi
hijo le gustaba mucho cocinar y a menudo se las ingeniaba para preparar algo
para los dos. Era muy probable que estuviera preparando ajíes bien calientes en
una noche tan fría y lluviosa como ésta”….
Cuando leí
la palabra AJÍES recordé que en la heladera había algunos y con ellos podría
sorprender a mi familia durante la cena. Dejé esa página marcada con un
señalador para continuar la lectura otro día porque la cocina esperaba.
Si alguien
quiere sorprender a los suyos o lucirse en algún evento les dejo la receta:
AJÍES AGRIDULCES
Ingredientes:
Morrones
(color a elección) 1 kg
Aceite 250
cc
Vinagre 250
cc
Azúcar 250
gr
Pimienta
negra en grano 1 cucharadita
Laurel 4
hojas
Ajo 4
dientes cortados en láminas o enteros.
Preparación:
Lavar los
morrones y cortar en tiras. Sacar las semillas y dejar que escurran en un
colador durante un momento.
Colocar en
un recipiente y en partes iguales el aceite, vinagre y azúcar. Agregar los
condimentos y llevar al fuego. Cuando estos ingredientes estén calientes y el azúcar disuelto, agregar los morrones. Hervir hasta que estén tiernos pero que no se
deshagan (controlar pinchando con un tenedor).
Retirar del
fuego y colocar, con cuidado, los morrones en un bol. Volcar el líquido encima
y dejar enfriar.
Guardar en
frascos esterilizados. Una vez abierto consumir dentro de los 15 días.
Opciones: Si no se animan a preparar esta
receta con la cantidad de morrones indicada, pueden probar con 2 o 3 unidades y ½ taza de aceite, ½ taza de
vinagre y ½ taza de azúcar. Lo importante que la proporción de aceite,
vinagre y azúcar debe ser la misma. Los condimentos pueden ser a gusto de
cada persona.
Prueben… anímense…¡son
riquísimos! Aquí está el producto terminado…
Finalizada la cena y la casa en silencio, disfruto de un café mientras
pienso en la importancia de tomar decisiones a tiempo. Un momento en la
cocina…un pote con ajíes agridulces y la alegría de mi familia.
Si han entrado en mi blog... si dedicaron un tiempo para leer... habrán demostrado que "no se rindieron".
¡Continuamos en la próxima entrada!!!
Silvia
Mnnn...que pinta..!!
ResponderEliminarPinta y sabor!!! A probar esta receta!!!!
EliminarAdoro tus morrones agridulces!!! Adoro lo que estás haciendo! Sos el claro ejemplo de que no hay que rendirse. Mejor que nadie sabés que la vida no es fácil y que los sueños no siempre se cumplen, pero eso no te detiene, le das una vuelta de página y seguís... Estoy muy orgullosa de vos!
ResponderEliminarSeguiremos compartiendo los morrones!!! Gracias por tus palabras!!
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